AGUA Y SALUD
El
agua contaminada y el saneamiento deficiente están relacionados con
la transmisión de enfermedades como el cólera, otras diarreas, la
disentería, la hepatitis A, la fiebre tifoidea y la poliomielitis.
Los servicios de agua y saneamiento inexistentes, insuficientes o
gestionados de forma inapropiada exponen a la población a riesgos
prevenibles para su salud. Esto es especialmente cierto en el caso de
los centros sanitarios en los que tanto los pacientes como los
profesionales quedan expuestos a mayores riesgos de infección y
enfermedad cuando no existen servicios de suministro de agua,
saneamiento e higiene. A nivel mundial, el 15% de los pacientes
contraen infecciones durante la hospitalización, proporción que es
mucho mayor en los países de ingresos bajos.
La
gestión inadecuada de las aguas residuales urbanas, industriales y
agrícolas conlleva que el agua que beben cientos de millones de
personas se vea peligrosamente contaminada o polucionada
químicamente.
Se
calcula que unas 842.000 personas mueren cada año de diarrea como
consecuencia de la insalubridad del agua, de un saneamiento
insuficiente o de una mala higiene de las manos. Sin embargo, la
diarrea es ampliamente prevenible y la muerte de unos 361.000 niños
menores de cinco años al año se podría prevenir si se abordaran
estos factores de riesgo. En los lugares donde el agua no es
fácilmente accesible, las personas pueden considerar que lavarse las
manos no es una prioridad, lo que aumenta la probabilidad de
propagación de la diarrea y otras enfermedades.
La
diarrea es la enfermedad más conocida que guarda relación con el
consumo de alimentos o agua contaminados. Sin embargo, hay también
otros peligros. Casi 240 millones de personas se ven afectadas por
esquistosomiasis, una enfermedad grave y crónica provocada por
lombrices parasitarias por exposición a agua infestada.
En
muchas partes del mundo, los insectos que viven o se crían en el
agua son portadores y transmisores de enfermedades como el dengue.
Alguno de estos insectos, denominados vectores, crecen en el agua
limpia, y los contenedores domésticos de agua de bebida pueden
servir como lugares de cría. Tan solo con cubrir los contenedores de
agua es posible reducir la cría de vectores, con el beneficio
añadido de reducir la contaminación fecal del agua en el ámbito
doméstico.
CONSECUENCIAS
ECONÓMICAS Y SOCIALES
Cuando
el agua procede de fuentes de abastecimiento mejoradas y más
accesibles, las personas gastan menos tiempo y esfuerzos en recogerla
físicamente, lo que significa que pueden ser productivos en otras
esferas. También pueden redundar en una mayor seguridad personal, ya
que reduce la necesidad de hacer viajes largos o peligrosos para
recoger agua. La mejora de las fuentes de abastecimiento de agua
también conlleva la reducción del gasto sanitario, ya que las
personas tienen menos probabilidades de enfermar y de incurrir en
gastos médicos y están en mejores condiciones de permanecer
económicamente productivas.
Dado
que los niños corren especial riesgo de contraer enfermedades
relacionadas con el agua, el acceso a fuentes mejoradas de
abastecimiento de agua puede tener como resultado un ahorro del
tiempo que pasan recogiendo agua y una mejora de su salud y, por
tanto, un mayor índice de asistencia a la escuela, con las
consecuencias a largo plazo para sus vidas que ello conlleva.
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